A pesar de la caída reciente del dólar los expertos no ven muchas posibilidades de que esté por debajo de $2.800 en diciembre. El déficit en cuenta corriente y la incertidumbre de China son algunas razones.
En el último mes el dólar cayó casi 6% al pasar de $3.425 a $3.221. Las bajas han ilusionado a algunos. Pero no tan rápido: muchos expertos ven pocas probabilidades de que el precio esté por debajo de $2.800 en diciembre.
El petróleo es el gran protagonista de los últimos movimientos de la moneda. El barril completó cuatro semanas al alza y la referencia Brent parece haber encontrado cierta estabilidad en torno a los US$40 por barril.
Dinero preguntó a ocho analistas qué probabilidades ven de un dólar por menos de $2.800 al finalizar el año. Ninguno ve más del 20% y la mitad de ellos dijo que las posibilidades son del 5% o menos.
Por otro lado, no hay consenso sobre qué tan factible es ver un dólar por menos de $3.000 al cierre del año y las respuestas a esa pregunta están inclinadas hacia la incertidumbre. En el mejor de los casos las posibilidades son 50-50: las mismas de lanzar una moneda al aire.
“Aun cuando hemos observado un alivio en las presiones devaluacioncitas de la tasa de cambio, a raíz de la recuperación en los precios del petróleo, consideramos que las preocupaciones sobre el ritmo de crecimiento global y la evolución de la economía china serán nuevamente focos de preocupación. Esto limitará el fortalecimiento del peso colombiano y lo mantendrá por encima de los COP 3.000”, explicó Germán Cristancho de Corredores Davivienda.
Cristancho, junto a otros analistas, cree que hay razones para pensar que el dólar no seguirá subiendo al ritmo que lo hizo durante 2015.
“Los desbalances macroeconómicos de carácter externo y fiscal han hecho que estructuralmente la tasa de cambio sea hoy mucho más alta que antes. Por eso es difícil verla por debajo de $3000 hasta que no se corrijan dichos desbalances”, dijo por su parte Sergio Olarte de BTG Pactual.
Olarte hace referencia al alto déficit en la cuenta corriente y al déficit fiscal. Ambos indicadores se han visto afectados por la caída de los precios del petróleo y por la devaluación del peso colombiano frente al dólar. De hecho, el gobierno ha dicho que la prioridad de la política económica este año será reducir el déficit externo incluso si para ello hace falta desacelerar la economía.
Las autoridades colombianas creen que el déficit de la cuenta corriente y el del gobierno se irán reduciendo en los próximos años a medida que la economía se acomoda a un mundo donde los precios del petróleo están lejos de los US$100 del pasado.
Por lo pronto el incremento del precio del dólar se ha convertido en una de las mayores presiones sobre el costo de vida en Colombia. Que está en uno de sus niveles más altos desde la crisis financiera. Los consumidores están sintiendo alzas en productos de toda clase desde tecnología hasta seguros y huevos.