Qué pasa con la devaluación y las exportaciones

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Contrario a lo que se pensaba, la depreciación del peso no ha tenido impacto favorable en las ventas externas de Colombia.

Desde hace aproximadamente un año, la sorprendente subida del dólar tiene al país conmocionado por los efectos que representa para la economía. El peso colombiano ha llegado a ubicarse como la cuarta moneda más depreciada del mundo, con una devaluación del 12,5% en lo corrido del 2015.

El suceso no es un fenómeno aislado. Todos los países de América Latina han presentado devaluaciones en sus monedas respecto al dólar americano a velocidades no vistas antes. El peso chileno, por ejemplo, ha caído a su mínimo en los últimos seis años, y se espera una mayor reducción por la caída del precio del cobre. Igualmente, la corrección cambiaria de Brasil ronda un 50%, y Argentina lleva varios años devaluando su moneda.

¿Qué hay detrás de la subida del dólar? ¿Cuáles son los efectos positivos y negativos del debilitamiento de las monedas latinoamericanas? Son los principales interrogantes. La Comisión Económica para América Latina (Cepal) publicó un documento que da luz a estos interrogantes, especialmente con respecto al comercio exterior.

Fortaleza del dólar

De acuerdo con Alfredo Borrero, profesor de la Escuela de Negocios de Uninorte, la devaluación en Latinoamérica tiene causas similares y es muy importante en casi todos los países, pero es en Colombia donde mayor incidencia tiene porque la principal causa es la caída del precio del petróleo.

“El déficit fiscal que le genera al Estado el hecho de que Ecopetrol no tenga las utilidades que venía recibiendo pone en riesgo todo el proceso de inversiones. Se crea un ciclo descendente de utilidades, lo cual impacta en el nerviosismo de los diferentes inversionistas extranjeros que deciden llevarse los dólares de Colombia, que es lo que eleva la tasa de cambio”, explicó Borrero.

Sin embargo, hay muchas otras causas detrás de las devaluaciones. A nivel general, el estímulo y crecimiento monetario de Estados Unidos es uno de los factores. Desde 2013, la Reserva Federal inició el retiro de estímulos financieros que tenían inyectados alrededor del mundo (que rondaban los 85 mil millones de dólares mensuales) como reacción a sus favorables indicadores económicos: crecimiento del 3,9% y tasa de desempleo en un 5,8%, el porcentaje más bajo en seis años.

Paralelo a esta situación, las presiones y la reciente crisis en Grecia ha debilitado a su mayor rival comercial, la Unión Europea, y ha presionado la salida de capitales de los países latinoamericanos por riesgo al no pago.

Mientras que la desaceleración de economías emergentes, como la China (el mayor demandante), ha conllevado a una menor demanda de materias primas de América Latina. La caída en la demanda, principalmente metales y petróleo, ha disminuido la entrada de dólares y condicionado el debilitamiento de las monedas de la región. Además, comentó Borrero, sin China absorbiendo las cantidades de petróleo que hoy produce el mundo, la sobreoferta hará que el precio internacional siga a la baja.

Otras consecuencias

Mucho se habla del efecto de la devaluación sobre las balanzas comerciales. El principal efecto positivo es el incremento de la competitividad de las exportaciones, sobre todo en aquellos productos intensivos en mano de obra o alto contenido local.

Según el documento de la Cepal, esto ocurre porque la base de la pirámide productiva en América Latina presenta grandes desventajas en materia de productividad, de tecnologías de procesos y productos, que permite, en primer lugar, que solo puedan competir en el mercado interno. Así que el nivel y la volatilidad del tipo de cambio son factores externos clave para compensar aquellas desventajas internas.

“Una moneda más barata representa la posibilidad de comprar en el mercado internacional los productos colombianos más baratos”, comentó Camilo Almanza, docente del IEEC de Uninorte.

Pese a esto, las cifras para lo corrido el año muestran lo contrario. En mayo de 2015 las ventas externas del país disminuyeron 38,9% con relación al mismo mes de 2014 (pasó de USD5.495,9 millones FOB a USD3.359,3 millones FOB). En abril y marzo también se presentaron disminuciones frente a 2014, se redujeron en 25,6% y 22,8% respectivamente.

La caída se explica por la composición de la canasta de exportaciones, que presenta un elevado componente de productos primarios y manufacturas (oscila entre el 26% y 41%). Según la Cepal, por las características de las exportaciones de América Latina, estas resultan poco influidas por la evolución cambiaria.

De hecho, menos de del 20% de la canasta exportadora resulta afectada por el tipo de cambio real. De acuerdo con Borrero, Colombia es más un país importador, por lo que la inflación (4,41% acumulado en los últimos 12 meses) por la devaluación se seguirá sintiendo.

Efecto temporal

Aunque las devaluaciones se den en tiempo presente, muchas veces hay efecto temporal por la sensibilidad del sector exportador. “En el caso del sector financiero, la tendencia devaluacionista impacta de forma directa en las transacciones y operaciones, porque estas se hacen en tiempo real. Sin embargo, para el sector real de la economía, los efectos tardan más tiempo en aparecer y poder ser evaluados”, dijo el profesor Camilo Almanza.

 

Fuente: 
El Heraldo

Circulares

Circular No.
031 – 2022

Indicadores económicos

Petróleo
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Dólar
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