La idea planteada en 1993 de construir un puerto en el Pacífico especializado para contenedores se hará realidad 20 años después, con nuevos diseños y mayores servicios.
Esto será lo que ocurrirá en octubre del presente año, cuando se prevé que entre en operación el Puerto Industrial Aguadulce (Spia S. A.), que funcionará también en la península que tiene igual nombre, en la bahía de Buenaventura.
Este terminal tendrá una extensión de 128 hectáreas. Pero en un comienzo solo construirá una tercera parte. Moverá no solo contenedores, sino también carga a granel, como carbón y azúcar.
Los inversionistas del puerto son International Container Terminal Services (de origen filipino) y PSA (The World’s Port of Call), uno de los más importantes operadores de terminales en el mundo, y han dispuesto alrededor de 508 millones de dólares para financiar la primera fase de las obras de este lugar.
En esta primera etapa arrancará con 600 metros de muelle y una capacidad para almacenar y mover logísticamente 600.000 contenedores (TEU) al año.
En una segunda fase, se proyecta ampliar a 1’400.000 contenedores anuales. El equipamiento de última generación (que incluye 4 de las famosas grúas super-post-Panamax, que tienen la altura de un edificio de 25 pisos y cuentan con brazos para mover contenedores de los nuevos barcos gigantes) fue comprado y está en terrenos del terminal desde agosto del año pasado.
A este puerto le dieron una concesión marítima de 44 hectáreas (las otras 84 restantes son en la península de Agua Dulce), y por ello tuvo que hacerse una sustracción de varias hectáreas de reserva y manglares.
Como compensación, la Sociedad Portuaria tuvo que hacer un cuidadoso trabajo de traslado de especies y de piezas arqueológicas de la zona.
Por otro lado, los inversionistas construyeron una vía terrestre de acceso al puerto de 20,7 km, que será entregada a Invías y por donde podrán llegar las tractomulas con carga sin tener que pasar por zona urbana de Buenaventura.
El objetivo de este puerto es atraer nuevos mercados, como los contenedores de transbordo, dijo uno de sus directivos.
EL TIEMPO