Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los siniestros viales son un problema de salud pública que cada año produce a nivel global 1,35 millones de muertes, y se calcula que el número de lesionados es al menos seis veces mayor.
De hecho, en la última década, ha dicho el organismo, los siniestros de tránsito son la séptima causa de muerte en los países de bajos ingresos y ya son la sexta causa de pérdida de años productivos en los mismos sitios.
Por otra parte, se ha visto que sus desenlaces representan entre el 30 y el 86 por ciento de los ingresos hospitalarios por trauma, lo que representa una sobrecarga de los servicios asistenciales de urgencias, áreas quirúrgicas, unidades de cuidados intensivos y rehabilitación.
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En Colombia, la tasa de mortalidad en siniestros viales es de 18,5 por cada cien mil habitantes, un indicador que es cinco veces mayor que en los países más avanzados del mundo en esta materia, como Suecia o Noruega, que bordea el 2,5 por cada cien mil habitantes. La región de las Américas tiene la segunda tasa más baja de mortalidad en el tráfico entre las regiones de la OMS, con una tasa de 15,6 por cada cien mil personas.
Antes de la emergencia de covid-19, los siniestros viales estaban ubicados entre las tres primeras causas de mortalidad en el país. Sin embargo, diluyen el impacto negativo que este factor tiene en niños y jóvenes.
En un informe realizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), dado a conocer la semana pasada en una jornada del Foro Internacional de Seguridad Vial Infantil (Fisevi), se deja claro que por segunda década consecutiva, la juventud ha sido la principal víctima en siniestros de tránsito, a tal punto que se convierte “en una trampa de pobreza para la juventud, impidiendo el acceso, oportunidades al mercado laboral y al desarrollo pleno de sus capacidades, lo cual redunda en la construcción de capital social”.
Es momento de construir de la mano de los jóvenes un cambio, aprovechando su ímpetu, para así prevenir factores de riesgo como el exceso de velocidad
Basta decir que un análisis publicado por la revista médica The Lancet (2020) sobre la carga de la enfermedad, 369 enfermedades y lesiones realizado en 204 países y territorios del mundo entre 1990 y el 2019 ubica los siniestros de tránsito como el primer generador de pérdida de años de vida por discapacidad entre los 10 y los 24 años en dicho periodo, lo que pone en alerta a las autoridades responsables de este tema en todo el planeta.
Al detallar las cifras suministradas por la Agencia Nacional de Seguridad Vial, se encuentra que entre el 2010 y 2016 las muertes en las vías de personas entre los 15 y los 30 años presentó una curva creciente al pasar de 1.694 a 2.469 en dicho periodo, con un pequeño descenso en 2017 (2.298) que se mantuvo estable hasta 2019 (2.300) y un descenso en 2020 (que a pesar de ser un año de pandemia registró 1.276 víctimas).
Estos datos dejan entrever que la población joven tiene una mayor tasa de mortalidad en este tipo de eventos que alcanza a ser del 19,1 por cada cien mil habitantes y en particular los jóvenes, cuyos números sobrepasan dos veces esta cifra y llega a 32,3 muertos por cada cien mil habitantes, a lo que se suma que, según el informe de la OPS, “de cada 7 siniestros en jóvenes, 6 corresponden a hombres”.
Las causas
En el informe de Fisevi se mostró que al desagregar por grupos de edad y por tipos de usuarios en la vía, para el caso de los siniestros en menores de 15 años, predominan las muertes de los peatones, usuarios de automóvil y los de bicicleta. En contraste, en el grupo de 15 y 30 años se acentúa la participación de motociclistas, siendo estos los que más aportan al número de muertes por año, especialmente entre los 20 y los 25 años.
De acuerdo con el informe de la OPS, en 2020 el 10% de las muertes de jóvenes entre 20 y 25 años en accidentes de tránsito correspondieron a ocupantes de vehículo y 74% a motociclistas.
Por su parte, seis de cada diez fallecidos entre los 15 y los 20 años son motociclistas, así como el 80 por ciento de los decesos en las vías entre los 20 y los 25 años y 7 de cada 10 entre los 25 y los 30 años.
Con base en lo anterior, el informe de la OPS califica esta situación como preocupante porque se evidencia una tendencia al incremento en la compra de motocicletas en el país y en su uso como vehículo familiar y de trabajo, en un entorno en el que se carece de los estándares mínimos de seguridad vial.
Al analizar el acumulado histórico de estas cifras globales a nivel del país se encuentra que en la última década, la siniestralidad vial ha mejorado para algunos grupos etarios, con la excepción de los jóvenes, que mantienen la prevalencia de muertos en estos casos, y en el que el grupo entre los 20 y los 25 años resulta ser el mayor afectado.
Si bien el 2020, dice el informe, fue un año atípico debido a las restricciones de movilidad a raíz de la pandemia de covid-19, la tendencia de mortalidad por esta causa en jóvenes se mantiene debido a que aumentó en los ciclistas y los peatones, mientras que este porcentaje se redujo en otros usuarios viales como conductores y ocupantes de vehículos.
Por regiones
El informe permite entrever, al revisar el número de jóvenes entre los 15 y los 30 años muertos por esta causa en 2019, que el departamento con mayor número de víctimas fue Antioquia, con 336 fallecidos, seguido de Valle (286) y Bogotá (187).
En cuanto al número de jóvenes lesionados en las vías del país en 2019, la investigación muestra que Bogotá encabezó este listado con 2.706, seguido de Antioquia (1.669) y Valle del Cauca (1.522).
De cada 7 siniestros en jóvenes, 6 corresponden a hombres
El análisis de la OPS y la Unfpa da cuenta de que entre los 15 y los 20 años la mayor cantidad de muertes en las vías se presentó en 2016 y para 2019 tuvo un ligero ascenso en Colombia. Al analizar la serie entre 2010 y 2019 se observa que los usuarios que aumentaron su participación en siniestros para este grupo etario fueron los ciclistas y motociclistas.
También se encontró que ocho de cada diez víctimas fueron hombres y durante la pandemia el mayor riesgo lo tuvieron los ciclistas.
Por su parte, entre los 20 y los 25 años se encuentra el mayor número de muertes de todos los segmentos, un aumento significativo en una década de afectación sobre ciclistas y motociclistas. Aquí, nueve de cada diez víctimas fueron hombres.
Entre los 25 y los 30 años, también los más afectados fueron los ciclistas en el periodo analizado, con un incremento del 4 por ciento, y los motociclistas, con una elevación importante del 76 por ciento.
Urge actuar
La seguridad vial hace parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible acordados en el 2015, los cuales fijaron unas metas para el 2030, centradas en reducir a la mitad el número de muertes por esta causa, para lo cual en febrero del 2020 se configuró a nivel mundial el decenio de acción para la seguridad vial 2021-2030 y que compromete a todos los países para que implementen medidas tendientes a prevenir estos eventos de manera decidida.
“Es momento de construir de la mano de los jóvenes un cambio, aprovechando su ímpetu, su capacidad de comunicar e influenciar en los procesos de comunicación, para así prevenir factores de riesgo como el exceso de velocidad, el beber y conducir, el no usar correctamente el casco y no usar elementos de retención personal”, indicó la representante de la OPS en Colombia, Gina Tambini.