Entre los principales ajustes a la reforma aprobada por la plenaria del Senado, y que al cierre de esta edición era discutida por la plenaria de la Cámara de Representantes, está la reducción en la tarifa del impuesto a la riqueza (patrimonio), que pasa de una tarifa para 2015 de 1,3 por ciento (aprobado en primer debate) a 1,15 por ciento en lo aprobado en este segundo. En el año 2016, el impuesto baja a 1 por ciento, en el 2017 baja a 0,4 por ciento y desaparece en el 2018.
Para compensar la disminución del recaudo de este impuesto, habrá un aumento en la sobretasa del impuesto del Cree que recae sobre las ganancias de las empresas y que tendrá una sobretasa de 5 por ciento en el 2015 y no del 4 por ciento como fue aprobado en primer debate. Así mismo, en 2016 la sobretasa será del 6 por ciento, en el 2017 del 8 por ciento y en el 2018 del 9 por ciento.
La sobretasa solo aplica para aquellas empresas que tengan utilidades superiores a 800 millones de pesos al año, es decir, que los que tengan ganancias por un monto inferior no tendrán la sobretasa.
Durante el debate se aprobó también la prolongación de manera permanente del noveno punto del Cree, que está vigente actualmente, y con el que se recauda un billón de pesos aproximadamente. Dichos recursos irán en un 0,4 por ciento para primera infancia y en un 0,6 por ciento para educación superior y becas del Icetex.
El impuesto a los movimientos financieros se mantiene hasta 2018 y a partir de 2019 se iniciará su desgravación paulatina hasta, según el Gobierno, desaparecer en el 2022. Con la prolongación del impuesto a los movimientos financieros, 4x1.000, el Gobierno recaudará 3,4 billones de pesos.
Los congresistas aprobaron la estructura original de la reforma y el paquete de contribuciones que ésta trae para los próximos cuatro años y con los cuales el Gobierno busca recaudar 53 billones de pesos para garantizar los recursos del presupuesto de inversión del cuatrienio.