Dos avenidas longitudinales nueve tramos y, la mayoría diseñados, son estudiadas por la actual Administración de Medellín para darles viabilidad.
Los proyectos, que plantean vías en los costados occidental y oriental de la ciudad, son considerados por expertos como urgentes para evitar el colapso vial consecuencia de la puesta en funcionamiento del túnel de Oriente en el año 2018.
Según el ingeniero Felipe Ospina, profesional de la Secretaría de Infraestructura de Medellín, el desarrollo de estos proyectos es complejo por el impacto ambiental, la compra de predios y el cambio de normas, del momento en que se hicieron los diseños a hoy.
“La idea no es que se reasienten las personas en otro territorio sino en el mismo, lo que hace que se genere no solo un proyecto vial, también una renovación urbana en el sector”, explicó Ospina, durante una intervención en el seminario Concesiones Viales, de la Sociedad Antioqueña de Ingenieros (SAI).
Aunque la construcción de las longitudinales revisten obstáculos como el de predios, que las harían hoy inviables financieramente, uno de los tramos occidentales, entre San Javier y Belén Rincón, tiene estudios de detalle y al estar planteada en el Plan de Ordenamiento Territorial, es objeto de análisis.
El costo del tramo en mención, 5 km, es de $200 mil millones. Todo el trazado, 20 kilómetros, valdría $1 billón. La obra ha sido pedida, durante años, por habitantes y líderes de barrios de la comuna 16 (Belén) que aseguran que el crecimiento urbanístico ha hecho que las vías sean insuficientes.
Mónica Noriega, presidenta del Comité Cívico de Loma de los Bernal, advirtió que son más de 30.000 habitantes en 10.000 viviendas. Agregó que el proyecto ha sido planteado por varias administraciones, pero no se ha ejecutado.
“Son 8.000 vehículos que tienen como única vía de desfogue la carrera 80. Por eso en horas pico es imposible salir de Los Bernal”, indicó.
Longitudinales en líneas
Las dos longitudinales están trazadas, la oriental en tres tramos y la occidental, en seis.
El primer tramo en la zona nororiental, va desde la calle 126, en límites de Bello, hasta la calle 45. Sus diseños se realizaron en 2002 con longitud de 10,1 km, una calzada de 7 metros y andenes de 12 metros.
“Es un sector que se ha venido concibiendo de manera no planificada. Lo más complicado es el alto compromiso predial para las vías”, aclaró Ospina.
El tramo 2 de esa longitudinal va de la calle 15 hasta Las Palmas. Fue planteado en 1990 por el proyecto Obra 500. “En esa zona se estipula una sección más grande para soportar la carga vehicular que se genera en la ciudad en el sentido sur - norte. Es una doble calzada de 7 metros por cada sentido, en una sección pública de 26 metros, andenes y ante jardines”, anotó.
Otro tramo, el 3, de Las Palmas hasta el límite de Envigado, por el colegio Montessori, cuenta con diseños actualizados en 2003 por la EDU y tiene un impacto ambiental.
La occidental, ¿viable?
De acuerdo con los diseños iniciales, la longitudinal occidental se ha dividido en más tramos que la Oriental, por la complejidad del territorio.
Sin embargo, el tramo 5 de esa vía es quizá el más viable, por lo avanzado de los estudios y la necesidad planteada, debido al crecimiento de la zona.
Este tramo va entre la quebrada Ana Díaz (sector La América) y la calle 1 sur, en Belén Rincón, en una vía que tiene 5 km. “Esta es la que más reciente tiene diseños, elaborados en 2008 por el consorcio Vía Longitudinal. Son detalles definitivos de esa vía”, enfatizó Ospina.
Para Martín Pérez, presidente de la SAI, las longitudinales son urgentes. Confió en que la administración de Federico Gutiérrez, haga una parte.
“Son urgentes para los próximos seis años, porque va a operar el túnel de Oriente y el segundo túnel de Occidente, y si no se tienen esas longitudinales se va a tener un problema en el sistema del río, pues todo el tráfico va a llegar allí”, concluyó.