La lucha contra la delincuencia se convirtió en la preocupación más urgente de los votantes urbanos.
Hace unos días, la firma encuestadora Invamer publicó una encuesta, encomendada por los medios de comunicación Noticias Caracol, Blu Radio y El Espectador, que midió la intención de voto de los candidatos a las alcaldías de las cinco principales capitales del país.
Además de la interesante fotografía instantánea de la carrera por Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga, la medición indagó por los “problemas que debería solucionar el próximo alcalde”.
En otras palabras, qué asuntos urgentes deberían guiar la actual campaña para las elecciones locales.
Los resultados fueron tanto contundentes como homogéneos y por esa razón, con la venia de los medios colegas, merece este comentario editorial.
Los encuestados en las cinco grandes ciudades colombianas identificaron la seguridad como esa principal problemática a resolver por quien salga victorioso de las urnas en octubre próximo.
En Bogotá, por ejemplo, casi ocho de cada 10 señalaron la inseguridad como cabeza de la lista de preocupaciones. Le siguen Barranquilla (77,2%), Bucaramanga (73,9%), Cali (69,8%) y Medellín (45,3%).
Otras opciones como el desempleo, la movilidad o el estado y mantenimiento de vías ocuparon lejanos segundos y terceros lugares.
Otra alarmante ‘polaroid’ urbana de estas cinco metrópolis se refleja cuando Invamer pregunta directamente sobre si los ciudadanos se sienten seguros o inseguros en sus respectivas ciudades.
Un impresionante 84,7% de los capitalinos considera estar “inseguro” y “muy inseguro” en Bogotá mientras que en Cali este dato aumenta al 86,5%.
La mayoría de los encuestados que ha sufrido un delito ha sido del tipo de robo o hurto, mientras que solo un tercio aproximadamente lo denuncia a las autoridades.
Si bien la encuesta de Invamer muestra diferencias en otros indicadores como el respaldo a la gestión del actual gobierno local o la favorabilidad en un abanico amplio de políticas urbanas, las tendencias sobre la delincuencia urbana y el sentir de los ciudadanos al respecto son las mismas en las cinco capitales.
En otras palabras, la lucha contra la delincuencia urbana se ha convertido en la preocupación más urgente y angustiosa de los habitantes de las cinco ciudades más populosas de Colombia.
Que esta medición brinde estos resultados en medio de la campaña para las elecciones locales de octubre próximo es aún más significativo. En 1992 en medio de la exitosa campaña de Bill Clinton a la Casa Blanca, uno de sus asesores, James Carville, definió tres principios que el candidato debería repetir.
Uno de ellos, el segundo -“La economía, estúpido”- ganó popularidad internacional y quedó como una clave para señalar un tema prioritario sobre el cual debería girar una campaña electoral.
Adaptando esa expresión clásica de Carville, al menos en las cinco urbes más grandes del país aplicaría el mensaje: “La seguridad, estúpido”.
De hecho, la preocupación por la inseguridad no se limita a los entornos metropolitanos y cubre todo el territorio: fue uno de los temas de agenda que el Consejo Gremial Nacional puso sobre la mesa en su reciente reunión con el presidente Gustavo Petro.
Si bien a no todos los aspirantes les conviene una campaña alrededor de los temas de seguridad -incluso hay candidaturas con visiones favorables a los paros violentos y bloqueos ilícitos de años pasados- es lo mínimo que deberían hacer para sintonizarse con ese clamor ciudadano.
El turno ahora es de los votantes, quienes deben elegir al candidato de su preferencia con la mira puesta en su capacidad de enfrentar y combatir efectivamente y sin reparos a los criminales que azotan hoy a estas cinco ciudades.