“En Medellín ya no se puede andar en carro, es imposible. Si uno quiere llegar puntual debe de salir con una hora y media de anticipación”. Con esa frase y a través de Facebook, Carolina Cardona Suárez le contó a EL COLOMBIANO su problemática para movilizarse.
Pero ella no es la única. Según la Encuesta de Percepción Ciudadana ‘Medellín Cómo Vamos 2015’, el 44 por ciento de los ciudadanos creen que hoy sus trayectos habituales duran más que el año pasado, frente a 35 por ciento de personas que consideran que duran lo mismo.
También se ven afectados con esta problemática otros residentes del Valle de Aburrá. Uno de ellos es David Ríos, ingeniero y docente de la Universidad Eafit, quien desde hace varios años mide el tiempo que se tarda entre su casa, en la loma del Escobero en Envigado, y su lugar de trabajo. “En 2010, para llegar a las 8:00 a.m. salía de mi casa a las 7:42 a.m. y llegaba a tiempo. Hoy, para llegar a la misma hora tengo que salir a las 7:20 a.m. y tomar atajos. Cuando está lloviendo se eleva a 50 minutos el recorrido”, dice.
La Encuesta Origen y Destino 2012, que el Área Metropolitana usa y seguirá usando para crear las políticas de movilidad hasta el 2016 (año en el que se realizará el próximo estudio) reveló que el promedio de los viajes realizados en esta zona de Antioquia era de 30 minutos y que, en horas pico, esa cifra se elevaba hasta 40 minutos.
Según la encuesta, en aquella época circulaban diariamente, en el Valle de Aburrá, 300 mil vehículos particulares y 300 mil motos, que hacían entre dos y tres viajes. Esas cifras crecerán sustancialmente para la encuesta de 2016 pues “el porcentaje de ocupación de las vías está creciendo. En el sur del Aburrá la capacidad está desbordada y, por eso, vemos los semáforos a tope en horas pico”, indicó Iván Sarmiento, PhD en ingenieria de transportes, quien lideró este análisis y continúa estudiando el tema.
“Tenemos un tráfico que crece a un ritmo de 5 por ciento anual. La infraestructura crece más lento y, por eso, vemos más cerca un punto de colapso... para evitarlo, la subregión tendrá que replantear sus hábitos de movilidad”, argumentó el experto.
Obras molestas y necesarias
Carlos Alberto Marín, subsecretario de control de la Secretaría de Movilidad de Medellín, afirmó que la realización de obras de infraestructura ha afectado la movilidad en puntos específicos: “En la Regional estamos con Parques del Río, en las transversales Superior e Inferior hay obras de valorización y en el centro está la intervención del Plan Parrilla y estuvieron las obras del Tranvía. Todas obligaron a desvíos y generaron demoras, pero cuando entren en servicio impactarán positivamente los desplazamientos”.
Sergio Saldarriaga, secretario de Movilidad de Envigado, aseguró que en su municipio los sectores con tráfico lento también son aquellos donde se realizan obras de infraestructura. “En la carrera 43A y El Esmeraldal, donde estamos levantando todo el armado para mejorar el pavimento, la afectación es mayor; pero cuando las obras entren en servicio, se habrá solucionado un problema anterior”.
Carlos Marín aclaró que la congestión no solo se presenta por los cierres, pues solo en Medellín se atienden a diario entre 220 y 300 incidentes de tránsito en los que los agentes se demoran 17 minutos en promedio, durante los que la vía tiene cierres parciales.
Esto y el uso de vías públicas para parquear carros también terminan por afectar al ciudadano, opinó Marín: “Por eso el llamado es a que no solo responsabilicemos a la autoridad del tránsito, sino que respetemos las normas para que el problema sea menor”.
Otra variable que influye en las demoras es el crecimiento del parque automotor. Hoy, según la Encuesta Origen y Destino, hay un carro por cada cuatro hogares y una moto por cada tres. “Más carros hacen que medidas como el Pico y Placa se queden cortas, pues aunque salen de circulación el 30 por ciento de los carros, casi dos tercios de ellos vuelven a circular en las horas valle, extendiendo la congestión”, sentenció Sarmiento.