Los 5 departamentos que se unen para impulsar la región central

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Con la aparición de la Rape Región Central se crea un hito en materia de planeación en las regiones. ¿Cuáles son los retos de esta iniciativa?

Siempre se ha dicho que Colombia es un país de regiones. La costa, el interior, los llanos, el pacífico, el sur, son maneras de referirse a amplias zonas del territorio nacional cuyas fronteras no son las tradicionales divisiones administrativas de departamentos y municipios.

Bajo este criterio, la Constitución de 1991 abrió la posibilidad para que se organizaran ‘regiones’, una alternativa que no había operado hasta el momento.

Sin embargo, Cundinamarca, Boyacá, Bogotá, Meta y Tolima acaban de crear la Región Administrativa y de Planificación Especial (Rape). En el país han existido entidades públicas del orden nacional como los ministerios, del orden departamental como las asambleas o municipal como las secretarías. La Rape es la primera entidad pública regional en la historia de Colombia. Se trata de una verdadera novedad en la administración pública.

Según Carlos Córdoba, quien fue nombrado como director de esta institución, el proceso tiene su carga de profundidad, pues no se trata de un simple asunto burocrático. Es un proyecto que implica un compromiso político y administrativo y una gran tarea de coordinación.

“Los actuales mandatarios se dan la pela por esta nueva institución, que expresa un deseo claro: queremos una región. Por eso, para crear la entidad, los mandatarios tienen que ir a las asambleas departamentales, a la Comisión de Ordenamiento Territorial del Senado y a los Concejos de los municipios de esta zona. Es una apuesta institucional y política”, explicó el funcionario.

La tarea central de la Rape es lograr una agenda de articulación sobre cinco temas clave: 1) sustentabilidad ambiental y cambio climático; 2) infraestructura, transporte y logística; 3) competitividad y proyección internacional; 4) seguridad alimentaria y desarrollo rural y 5) gobernanza y buen gobierno.

La agenda

La primera tarea de la Rape es establecer una agenda de planeación en torno de los temas de sustentabilidad ambiental y cambio climático, con énfasis en el agua como eje temático.

“En esto hay un cambio de paradigma. El 50% del territorio de la región está conformado por sistemas naturales. Tenemos 330 áreas protegidas, 14 complejos de páramos, 11 parques naturales y dos santuarios de flora y fauna”, explicó Córdoba. Sin embargo, sobre estos no hay ningún sistema de información que permita implementar una política eficaz para protegerlos.

El reto es articular un plan estratégico a 12 años y, sobre todo, tomar medidas inmediatas que permitan “cuidar lo que tenemos: vamos a postular el primer proyecto regional de protección de páramos que están incluidos en 14 municipios de la región. Además tenemos que hacer la cartografía a una escala que permita adoptar medidas tendientes a cuidar los páramos de la región”, explicó Córdoba.

Adicionalmente, junto con la Universidad de los Andes se está analizando la forma de consolidar un Plan Regional de Ordenamiento Territorial alrededor del agua, con el objetivo de que las directrices de los distintos entes de los territorios tengan en cuenta el enfoque alrededor del agua.

Más vías

El otro tema central es el de transporte y movilidad. El tema es trascendental, pues esta región tiene el 30% de las vías secundarias y terciarias del país. En total Colombia tiene 157.000 kilómetros de este tipo de vías.

A este tema se debe llegar con enfoques novedosos. Por ejemplo, es fundamental pensar en las necesidades viales del país, desde una perspectiva de la vocación productiva; se pueden identificar prioridades de obra, cruzando la información sobre las zonas de violencia, con las zonas de aumento en la producción agrícola. 

Así se puede concluir dónde es necesario diseñar redes viales terciarias para fortalecer la vocación agrícola. “Ese es nuestro aporte a la paz”, explica el funcionario, tras señalar que este tipo de enfoques es lo que permitirá enfrentar adecuadamente los problemas que surjan de una situación de posconflicto.

Más trenes

El otro eje de acción busca que la región se pase de manera definitiva a los modos férreos.Por eso, desde la Rape se promoverá no solo el desarrollo del proyecto de Metro para Bogotá, sino las Alianzas Públicas Privadas promovidas por Cundinamarca y la capital para sacar adelante los trenes ligeros de cercanías entre Bogotá, Faca y Soacha. Según él, estas APP tienen un avance importante y pronto se mostrarán los primeros resultados.

Otros proyectos clave son aquellos que ayuden a la integración regional, razón por la cual se piensa en la reactivación del tren de carga en el corredor entre Belencito en Boyacá, y Honda, en Tolima.

Finalmente, es fundamental consolidar una política de transformación logística para la región. Según él, hay que aplicar más estrategia en la ubicación de los centros de transformación logística, pues los criterios hasta ahora empleados pueden generar mayores problemas de movilidad. Por ejemplo, podría resultar inconveniente la concentración de zonas francas y de transformación logística al norte y al noroccidente de Bogotá, si la mano de obra de esas zonas francas está en el sur de la capital. “Las personas que trabajen allí, pueden gastar tres horas de su día en un bus para tratar de llegar del trabajo a la casa”, explicó.

Por eso, la Rape propondrá la ubicación estratégica de estos centros de transformación logística asociados a los estándares de consumo. “El 80% de los alimentos que se consumen en Bogotá vienen de un área con un radio de 300 kilómetros”, explicó. Así, para que muchos productos se muevan entre su punto de partida y su punto de llegada, son necesarios hasta nueve intermediarios.

“Eso genera ineficiencias económicas en términos de costos, tiempos y tratamientos de los productos. El 40% del producto se pierde solo en el transporte. Eso significa que la ciudad aprendió a segmentar y a estratificar en su proceso logístico. Los buenos productos se van a Pomona y los malos a Patio Bonito”, señaló.

Para reducir dicha intermediación, serán propuestas plataformas logísticas en las entradas de Bogotá, según producción: carne en la salida a los llanos; verduras, para la sabana y hortifrutícola en la salida hacia Boyacá.

Córdoba destacó que la región es muy importante para el país, pues representa 40% del PIB,29% de la población, 14% del territorio nacional y 30% de los municipios del país.

Por eso ratificó que es necesario buscar oportunidades no solo en los sectores tradicionales –como industria, agro y servicios–, sino en otros segmentos como software e industrias de la innovación.

“Vamos a tomar la voz por temas de la región. Por ejemplo, queremos un OCAD región central, porque no es posible que sea un señor desde Planeación Nacional el que diga cómo se divide el país en regiones y cómo deben gastarse los recursos de regalías. Vamos a pedir que los recursos de regalías los podamos gastar en lo que nosotros necesitamos”, aseguró.

El proyecto de la Rape Región Central es, sin lugar a dudas, una apuesta ambiciosa por parte de los gobernadores y alcaldes de Cundinamarca, Boyacá, Meta, Tolima y Bogotá. Si se concretan los resultados, el país estará presenciando su avance hacia una nueva etapa de la planeación y la gobernanza. Así las regiones serán las que tendrán la palabra.

Fuente: 
Dinero

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Circular No.
031 – 2022

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